Independent review of gender identity services for children and young people: Final report

Autora principal: Hillary Cass, 2024
El objetivo de esta Revisión es hacer recomendaciones con base de evidencia científica para asegurar que los niños y jóvenes con incongruencia de género o con disforia de género reciban atención médica de calidad.
Un respiro de cordura
Todas la madres y padres, con un niño o joven con disforia de género en casa, aguardábamos impaciente la Revisión final del informe de la Pediatra Hillary Cass, sobre la atención y tratamientos dados a menores y jóvenes con incongruencia de género en la Clínica Tavistock del Reino Unido. Cada vez en mayor número y a una demografía de pacientes distinta a la conocida históricamente.
Cuando vimos el Informe provisional en 2022, ya fue un alivio conocer los resultados que arrojaba su investigación. Y emocionaba ver cómo el equivalente a nuestra Seguridad Social reaccionaba inmediatamente parando la actividad de la clínica. El informe final no decepciona, es demoledor.
Para las familias que tenemos uno de esos nuevos “trans”, tan distintos a los que han existido siempre (en número extremadamente pequeños y habitualmente en personas nacidas varón), el resultado solo viene a corroborar, con datos obtenidos bajo el método científico, lo que ya sabíamos.
Pero, está bien que por fin personas con autoridad sean llamadas por las administraciones públicas con el beneplácito de políticos, para que puedan indagar e investigar sin las cortapisas ideológicas que están intoxicando a la sociedad.
Treinta y dos Recomendaciones son el resultado del trabajo, con las que pretenden subsanar la “práctica médica” descabellada que se ha llevado contra niños y jóvenes. Aunque más que práctica ha sido un experimento escandaloso con los cuerpos y las mentes de niños y jóvenes con problemas de salud mental.
Creo que el aberrante comportamiento de los médicos que se han prestado a la barbarie de medicar con fármacos no probados y amputar partes sanas de cuerpos, mientras ignoraban sus enormes problemas mentales, es un despropósito inconcebible en una sociedad moderna y supuestamente formada.
Creo que rechazar la terapia para averiguar causas subyacentes por las que una persona en desarrollo rechaza su cuerpo, es crueldad y abandono, es negligencia.
El experimento social no solo ha sido contra los niños sino contra el sistema médico. Una se pregunta cómo es posible que tantos profesionales se hayan prestado a desbaratar la vida de tantas personas inmaduras con tantas prisas. Este es un caso, que se estudiará en los anales de la historia de la medicina.
El dinero lo puede todo, pero me da la sensación de que muchos profesionales de la salud fueron atraparon por mucho menos: con el miedo al señalamiento a no ser lo que se espera de él , aunque lo que se espera sea una iatrogenia.
¿Cómo se construye semejante fuerza para que un médico se dedique a enfermar en lugar de curar? Esa es la pregunta.
Soy consciente de que lo que pase en Reino Unido tardará en llegar e España. Pero sé que llegará. La publicación del Informe es un pasito hacia la cordura, un pasito que animará a levantar conciencias entre los médicos que dudan, un pasito para que muchos afectados se levanten contra el sistema.
Me horrorizo por los excesos médicos y políticos tan semejantes a latrocinios del pasado, pero no pierdo la esperanza de que esta locura acabará. Ni la esperanza de que alguien pague por el sufrimiento infringido.
Descarga la Revisión Final del Informe pinchando aquí (en inglés)
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