Mensaje para mi niña pequeña

04/11/2023

Mi querida niña;

Algunas amigas muy queridas, preocupadas por mí, me instan a poner la mente afuera de este mundo woke, a que pase página. Ellas creen que sigo alimentando mi dolor, con cada nueva información, con cada nueva entrada a mi blog, y que estos ejercicios me dañan.

Pero ellas nos entienden, que mientras tú estés caminando por la niebla woke, yo no cejaré en permanecer cerca de ti esperando una oportunidad para agarrarte la mano cuando estés preparada para pedírmela.

Ya van más de ocho años de silencio, preguntándome a veces hasta la desesperación, si callar es oportuno o no. Me asaltan, frecuentemente, pensamientos de culpabilidad por dejación de mi función de madre. Me pregunto que si yo, como madre, no te cuento la realidad del mundo, no te prevengo de sus peligros, no te entreno para la crudeza de la vida adulta, no te informo de las mentiras Queer, ¿quién lo hará?

Y, sin embargo, no solo mi instinto me previene de que callar es la mejor opción, sino que todo cuanto leo de algunos profesionales valientes y, sobre todo, de otras familias que han logrado sacar a sus hijas de esta lacra social, corroboran mi elección.

Vivir en silencio nunca es bueno, pero cuando el miedo y el dolor colman el cuerpo, callar se convierte en veneno. Y, sin embargo, debo elegir el silencio porque sé:

Este blog no alimenta el dolor como temen las personas que me quieren. Me permite canalizar la necesidad de comunicar lo que debo callar ante ti, mi niña. Solo es una vía de escape para allanar la tristeza y evacuar impotencia.

No obstante, temo el día que descubras mis secretos. Sé que te enfadarás.

Ojalá que, tras el enfado al descubrir este blog, seas capaz de enfrentarte a mi mundo interior aquí reflejado, puedas llegar a entenderme y perdonar mi osadía, porque querida niña, escribir ha sido mi única vía de supervivencia.