Abrazo imposible por fin

28 de junio de 2023

Querida hija;

Me viste emocionada al final de tu graduación y me instaste a calmarme, a dejar de llorar.

¿Cómo no iba a llorar?

Aparte del orgullo y la alegría por tu graduación, había un motivo mucho más importante por el que de ninguna manera pude evitar esa enorme emoción de tenerte aceptadamente entre mis brazos. Un abrazo fuerte, cuerpo contra cuerpo, sintiéndote y alimentándome como si llevara sin comer una eternidad.

¿Sabes por qué mi niña?

Porque te echo de menos, porque me duele tu desprecio y tu forma de ignorarme como si yo tuviera intención de causarte dolor, cuando en realidad, es que te amo desesperadamente y me ocupas casi toda la vida.

Mi prioridad es poder mostrarte, algún día, un camino con criterio, libre de interferencias interesadas que solo buscan su propio interés, aun cuando ello suponga desmontar y romper tu persona y tu vida.

Tu distancia, tus silencios, tu suspicacias, tu desprecio… me duelen, me dañan, me agotan, me desesperan porque lo que está en juego eres tú.

Te quiero y me desespera no poder encontrar la forma de romper el hechizo peligroso que te daña, que te mantiene cautiva en un sendero del que no se te permite salir, so pena del castigo, del aislamiento social y de la cancelación.

Y mientras tanto, te mantienes rígida mortificando tu cuerpo y tu mente, creando barreras contra las personas que te amamos incondicionalmente. Te siento luchar contra ti misma, en una batalla entre el rechazo al que te empujan para romper tus apoyos seguros y el apego amoroso que conoces en el fondo de tu corazón.

Necesitas datos, información, contrastar ideas, compartir experiencias, conocer los fracasos de otros, aceptar las mentiras, reconocer los daños.

Sin criterio somos mansos, somos pasto de los fuertes, de los poderes económicos y de los políticos. Dejamos de ser personas para convertirnos en juguetes, alimentar egos y el poder de los que ya son poderosos.

¡Vuelve hija mía!, déjame ayudarte.

Te quiero