El buscador me devolvió un acceso a la contestación a dicho informe de una organización de su país llamada OTD (Organizando Trans Diversidades).
Me tomé tiempo para echarle un vistazo y hoy he profundizado leyendo otros contrainformes de dicha organización, a los que ésta llama “Contra la desinformación”.
En la web de OTD se pretende sistemáticamente echar por tierra estudios rigurosos que van en contra de sus postulados, incluso se atreven con los hallazgos del concienzudo Informe de la Dra. Hillary Cass, en el que se pone de relieve precisamente la falta de calidad de los informes en los que la “medicina del género” pretende sustentarse.
Las lecturas me han provocado mucha tristeza. Supongo que esta es una emoción extraña, pero es que cuando una ha leído tanto sobre el nuevo fenómeno de la Disforia de Género de Inicio Rápido (DGIR), ha accedido a tanta información extraída de estudios recientes basados en la evidencia, que alertan sobre las consecuencias irreversibles de la llamada “medicina de género” y, en especial, los que demuestran que la disforia no es una situación permanente, resulta muy triste y desesperanzador encontrar tanto desprecio por los datos contrastados y por la falta de prudencia que perjudica la salud de los niños y jóvenes.
Tal vez, la reacción debería haber sido de enfado, habida cuenta del daño que se está causando a la infancia y la juventud, y de cómo este daño está afectando directamente al corazón de mi familia. Pero no, la emoción fue de tristeza e impotencia al darme cuenta de que, cuando las personas están consumidas por una ideología, no hay pruebas suficientes en este mundo para hacerlas reflexionar.
El fanatismo de cualquier ideología o religión me asusta. En este caso, me doy cuenta de que todo el esfuerzo que estoy haciendo para recopilar pruebas en mi blog como legado para mi niña, puede que llegue a ser despreciado y hasta considerado la “prueba” de mi “intransigencia moral” y “odio” contra mi propia hija.
Las lecturas me lastimaron tanto como solía hacer aquella sonrisa irónica y burlona de desprecio que mi hija lucía en su cara ante mi dolor. Sé que estaba manipulada, que le habían adelantado mis más que probables reacciones y que tenía bien interiorizadas las instrucciones precisas para desbaratarme. ¡Y vaya que lo consiguió!
Una inoculación tan perfecta, capaz de anular la enorme empatía natural de la niña era insoportablemente aterradora.
Tan solo hace un par de años que mi hija seguía convencida de que yo no tenía el derecho a leer nada que no estuviera filtrado por ella. Por fortuna, hoy la empatía ha regresado a ella y, cada día, es más tal como era antes de que esa auto declarada “nueva familia” lograra enfrentarla a la suya verdadera.
Y es que, de los quince a los veintitrés, hay un trecho importante en maduración. Como le he oído decir a ella en una conversación telefónica con una amiga: “¡es lo que tienen la maduración de la corteza prefrontal!
Sí, el tiempo obra milagros en la capacidad para contrastar las mentiras Woke de las redes sociales frente al derroche de amor y paciencia.
Su proceso de conversión parece congelado en el tiempo, pero al menos no lograron arrebatárnosla.
Les dejo algunos enlaces, entresacando algunos párrafos, a distintos artículos que por fin van sacando a la luz las evidencias científicas y las trampas de los colectivos políticos LGTBQ+, que no las personas homosexuales o transexuales:
«Imagínese que la revisión exhaustiva de una investigación sobre un tratamiento para niños encontrara una “evidencia notablemente débil” de su eficacia. Ahora imaginemos que el establishment médico hiciera caso omiso de las conclusiones y continuara brindando el mismo tratamiento no probado que altera la vida de sus jóvenes pacientes”».
«Nueva evidencia sugiere que la Casa Blanca está siguiendo sus órdenes de marcha, proveniente de grupos de interés transgénero, sobre la llamada atención de afirmación de género para niños. Un error en la mensajería de la semana pasada reveló que la administración Biden probablemente sabe que las hormonas y las cirugías para niños son impopulares, pero teme que decirlo enajene a las poderosas organizaciones que apoyan estos controvertidos procedimientos».
«Los documentos muestran que los líderes de la organización (WPATH) interfirieron en la producción de las revisiones sistemáticas que había encargado al Centro de Práctica Basada en Evidencia (EPC) de la Universidad Johns Hopkins en 2018».
«Desde el principio de las negociaciones del contrato, WPATH expresó su deseo de controlar los resultados del trabajo del equipo de Hopkins».
«Son plenamente conscientes de que la llamada “atención de afirmación de género” que brindan puede provocar complicaciones de por vida y que sus pacientes no comprenden las implicaciones, incluidas la esterilidad y la pérdida de la función sexual».
«Un nuevo estudio publicado el mes pasado no encontró evidencia científica que respalde la afirmación de que los medicamentos y las cirugías previenen el suicidio entre las personas con disforia de género».
«Es difícil escandalizarme hoy en día, pero mientras me movía por el simposio de la Asociación Mundial de Profesionales de la Salud Transgénero [WPATH] celebrado en Montreal en septiembre de 2022, a menudo me sentía como si me hubiera deslizado lateralmente en algún extraño universo que funcionaba de acuerdo con otras leyes: donde arriba es abajo y las chicas son chicos, y la medicina ha dejado muy atrás su modesto cometido -la curación- en su búsqueda sin aliento de la trascendencia».
«Ante este fenómeno inaudito cabría preguntarse cuáles son las razones que impulsan a esas menores sanas a convertirse en pacientes-consumidoras-clientes de la industria clínico-farmacéutica de por vida; cuáles son las consecuencias físicas, psicológicas y económicas de esos tratamientos y por qué los medios de comunicación, empresas de todo ámbito y gobiernos de todo color celebran con entusiasmo que se mediquen y legislan, incluso por vía de urgencia, para que inicien el proceso cuanto más jóvenes, mejor, y sin encontrar ninguna traba».
«Convertir menores sanos en pacientes de por vida es un negocio».
«Nueva evidencia subraya que un diagnóstico de Disforia de Género en la adolescencia es una base poco confiable para las intervenciones médicas».
«Los tratamientos con efectos permanentes, y que incluyen impactos negativos en la salud y el funcionamiento, no deben ofrecerse a pacientes (especialmente a menores) con un diagnóstico que probablemente desaparezca después de unos años».
«La Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos se convierte en la primera asociación médica importante en desafiar el consenso de los grupos médicos sobre la “atención de afirmación de género” para menores».
«Un nuevo estudio ha sugerido que el daño causado por los bloqueadores de la pubertad es permanente, lo que pone en duda las afirmaciones de los activistas trans de que los medicamentos hormonales simplemente «pausan» la pubertad y brindan tiempo a los niños que cuestionan su género».
«…casi el 60 por ciento de sus glándulas sexuales se habían «atrofiado por completo», escribieron. Además, también hubo una “aparición de microlitiasis”: pequeños grupos de calcio que están relacionados con el cáncer testicular. Mientras tanto, en el caso de otro niño de 14 años que había estado tomando bloqueadores de la pubertad durante cuatro años, descubrieron que sus células de producción de esperma estaban atrofiadas».
«Clínicas de género desde Estocolmo hasta San Francisco han estado llevando a cabo un experimento incontrolado con niños, envolviéndoles con el manto de los derechos humanos».
«Estos adolescentes con hormonas suprimidas pueden quedar expuestos prematuramente a los huesos frágiles y a las fracturas que normalmente se observan en los ancianos».
«Y existe otro riesgo menos conocido pero potencialmente más profundo: los efectos de los bloqueadores en el cerebro».
«Más relevante es el hecho de que la administración de bloqueadores de la pubertad temprana seguida de hormonas del sexo opuesto probablemente conduzca a la esterilización, disfunción sexual y un estatus de por vida como paciente médico con síntomas que pueden desconcertar a los médicos convencionales».
«Como nos dice este ESTUDIO (mirándolos a ustedes, liberales), cuando a un hombre le extirpan el pene y lo reemplazan por una vagina falsa, su tasa de intentos de suicidio se duplica al 3,3%».
Mentiras repetidas sobre la no existencia de detransición y arrepentimientos
«…como muchos adolescentes, no se sentía cómoda en su propia piel. Era impopular y con frecuencia la acosaban. La llegada de la pubertad lo empeoró todo. Sufría depresión y a menudo iba y venía de terapia».
«El discurso que había escuchado y asimilado era que si no te transformabas, te suicidarías».
«…Mosley tenía sólo 14 años cuando un hombre la agredió sexualmente…».
«Una niña que ya estaba destrozada comenzó a luchar contra una anorexia intensa, ansiedad, depresión y pensamientos suicidas. El cuerpo en el que nació se volvió como una “doncella de hierro”…».
«Un día, le presentaron una panacea, algo que, como la lluvia primaveral, eliminaría toda su angustia y dolor. Se animó a Mosley a realizar la transición médica de niña a niño. Ofrecía la posibilidad de escapar de la condición de mujer que había llegado a asociar con un sufrimiento sin fondo. En la llamada atención de afirmación de género, Mosley vio una esperanza brillando en el horizonte».
Argumentos imbatibles de una persona transexual contra la ideología de género
A continuación algunas publicaciones de Santiago Hormazábal. un hombre transexual Chileno, que trabaja para tratar de imponer la prudencia, con argumentos sólidos y contrastados, ante las prácticas bárbaras y sin evidencia médica contra los cuerpos de niños con incongruencia de género.
Santiago desmonta con sus explicaciones magistrales, en pequeños vídeos que publica en Instagram, para ir desmintiendo las afirmaciones mentirosas de distintos activistas y políticos.
Explicaciones sencillamente magistrales: oportunas, cortas, con datos contrastados y bien explicadas. Merece la pena escucharlas: